Sé que mis palabras no suelen ser mi mejor arma, pero voy a intentar describirte lo que me haces sentir; un fuego ardiente que nunca se apaga. Cuando estoy a tu lado es como si tu presencia fuera capaz de crear un vendaval de emociones en mi interior.
Desde el primer momento en que nos conocimos, supe que eras especial. Como un rayo de sol que atraviesa las nubes grises, encendiste algo en mí que creí apagado para siempre.
Adoro recordar la primera vez que nos miramos en el andén, sentí que todo lo demás se desvanecía. Tus ojos eran como dos ventanas a un universo de misterios y maravillas, de pasiones y secretos. En ese momento quería explorar cada rincón de ese universo con vos, de la mano, corazón a corazón.
Te quiero más de lo que mi corazón puede contener. Sos lo mejor que me ha pasado en la vida, y nunca dejaré de agradecer al destino por habernos cruzado.
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