17 julio 2025

Pido permiso

 


Este blog no es solo un buzón. Es como si fuera tierra, donde puedo colocar semillas de rabia, de confusión, de fragmentos olvidados y que duele cuando lo saco a la luz.

Escribo notas que olvidé hace años, mensajes que no me atreví a enviar, frases que resonaron fuerte en mis sueños y que aún las recuerdo, pero no sé qué significan.

No digo que yo revivo del dolor, mas bien desentierro veneno para quitarlo de mi sangre. Es reconocer el porqué me costaba respirar.

Mi mente no me dice que ya lo supere, tampoco me dice que queme mis hojas o elimine mi blog de internet. Solo me acompaña en el fuego, mientras lo que deba consumirse... se consume. Tiempo al tiempo ¿No?

¿Alguien quiere escucharme? ¿Hay espacio para mi historia? ¿Merezco ser escuchada?

Pido permiso.

Peces áridos

 


Soñé un desierto sin memoria. Bajo un sol que no calentaba, la arena era polvo de luna vieja. Y allí, en la llanura sin horizonte, un remolino giraba. No era furia, sino danza: espiral pálida que bebía la luz y escupía sombras.

Dentro del torbellino, los peces. Algo plateados como cuchillos olvidados y algo dorados, nadaban sin agua, sin humedad, sin reflejos.

Sus escamas rompían el aire espeso, trazando arcos de sed imposible. Branquias abiertas como heridas secas. No agonizaban; volaban. El remolino era su océano vertical, su río suspendido sobre el hambre de la tierra.

Yo observaba desde la orilla de ninguna parte. El sonido era un zumbido de alas de sal, el aire olía a tiempo encapsulado. La pecera rota en un mundo sin agua.  

¿Eran ellos prisioneros o guardianes? ¿Nadaban hacia el centro del misterio o huían de la periferia del vacío?

Desperté con la boca llena de arena fría, y supe que algún lugar en mí sigue siendo un desierto  donde los peces vuelan.

Pido permiso

  Este blog no es solo un buzón. Es como si fuera tierra, donde puedo colocar semillas de rabia, de confusión, de fragmentos olvidados y que...